A mi me adjudicaron como esclavo de un tal a Dali Mami, un hombre raro.
Un día mis raptores encontraron unas cartas de recomendación de Don Juan de Austria y el Duque de Sessa, y los muy estúpidos se creyeron que era un hombre importante y pidieron un rescate de quinientos escudos de oro por mi libertad, muy poco ya que yo valgo más.
Estuve cinco años en prisión, pero como soy un hombre con un fuerte espíritu y motivación, intente escapar en cuatro ocasiones, teniendo tan mala pata que falle en todas.
Para evitar que mis compañeros se vengaran de mi, me hice responsable de todo, delante de mis enemigos. Preferí la tortura con todo el dolor de mi cuerpo antes que declarar.

No hay comentarios:
Publicar un comentario