martes, 10 de marzo de 2009

Mi viaje a Italia

Acabo de embarcar en una galera, la Marquesa. Es impresionante ver su avance impulsada por cientos de remeros que reman sin parar. Al fin voy como soldado y me siento orgulloso de poder servir a mi patria. Ya he abandonado el servicio de Giulio Acquaviva, al que nombraron cardenal. Mi estancia en Italia ha sido de lo más provechosa. He visitado Palermo, Milán, Venecia, Parma y Ferrara; me he recorrido toda Italia.
Me encanta el arte de Italia, no hago más que ver su arquitectura, sus esculturas, su pintura, y por supuesto, leo muchísimo, muchas de las obras que hacen de la literatura italiana tal vez la más innovadora y moderna. Una de las obras que me han impresionado han sido los poemas caballerescos de Ludovico Ariosto.
Llevo ya un año y recuerdo mi llegada a Italia, a Roma, la maravillosa Roma. Y tengo que confesar que los motivos que me trajeron aquí no son muy agradables. ¡pensé que me meterían otra vez entre rejas! En 1659 el rey mandó meterme en la cárcel acusándome de herir en un duelo a un tal Antonio Segura. No sé cómo me meto en tanto lío. No pude pasar ni las navidades en España, ese mismo diciembre estaba en Roma, como dije, y no me duelo ahora porque mi estancia en Italia será para mí inolvidable.


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http://www.jccm.es/edu/cp/migueldecervantes/Imagenes/firma%20cervantes.jpg

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